<img src="https://queue.simpleanalyticscdn.com/noscript.gif?collect-dnt=true" alt="" referrerpolicy="-when-downgrade"> Teletrabajadores: ¿una raza en peligro de extinción?
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Ariel Palazzesi

Teletrabajadores: ¿una raza en peligro de extinción?

Teletrabajadores: ¿una raza en peligro de extinción?

Trabajan muchas horas al día, con frecuencia hasta el agotamiento. Muchos de ellos son remunerados por cada pieza producida. Son los empleados de las nuevas fábricas digitales, una nueva raza de trabajadores que no tienen horario ni oficina: trabajan desde sus hogares.

Conforman una nueva fuerza de trabajo, que crece día a día. Sus herramientas son mucho más avanzadas que las de sus predecesores, y existen gracias a la tecnología. Armados de teléfonos inteligentes, ordenadores de última generación y conexiones a Internet de alta velocidad, trabajan bajo un gran estrés físico y emocional producido por jornadas laborales que no conocen horarios. Son los teletrabajadores, encargados de crear los contenidos de los blogs.

A pesar de que se ha hablado del supuesto fracaso del teletrabajo, lo cierto es que cada día se suman decenas de personas a sus filas. No todos los bloggers trabajan en sus casas, pero la mayoría de ellos desarrolla sus tareas en su hogar. Uno podría creer que lejos de la oficina se trabaja de una forma más relajada y distendida, sin embargo, los hechos están demostrando que esto no siempre es así.

El teletrabajo permite ahorrar dinero. No hay que alquilar una oficina, no hay que desplazarse hasta ella, y no se necesita una gran inversión inicial. Sin embargo, y quizás por el tipo de trabajo que puede realizarse bajo esta modalidad, el estrés que aqueja a estos trabajadores parece ser mayor que el de un empleado convencional. Algunas de las ventajas, como la ausencia de horarios de trabajo fijos y la paga por producción, pueden volverse en contra del teletrabajador. La presión por producir (y ganar) más puede llevarlos a trabajar mucho más que un empleado convencional.

De hecho, algunos ya empiezan a preguntarse si no habría que cambiar algunos hábitos. En los últimos meses, al menos dos bloggers famosos han muerto de repente.

Hace dos semanas, en el norte de Lauderdale (Florida), se celebraron los servicios funerarios de Russell Shaw, un prolífico blogger especializado en tecnología, que a los 60 murió de un ataque al corazón. En diciembre, Marc Orchant, de 50 años, había fallecido víctima de una masiva lesión coronaria. Om Malik, de 41, sobrevivió a duras penas a un ataque al corazón en diciembre. Y seguramente no son los únicos.

La disponibilidad las veinticuatro horas del día, 365 días al año de los blogs exige un constante flujo de noticias y comentarios. Y los teletrabajadores podrían estar pagando el precio. Uno puede pensar que tres o cuatro casos de ataques al corazón son un número despreciable frente a los millones de fallecidos por estas causas que no trabajan desde sus casas. Pero si tenemos en cuenta los datos porcentuales, la cuestión se torna preocupante.

Michael Arrington es el fundador y editor de TechCrunch, un muy popular blog de tecnología. Su sitio ha puesto millones de dólares en ingresos publicitarios, pero el costo en términos de salud ha sido alto. Arrington, que obviamente está vivo, dice que ha ganado 15 kilos de peso en los últimos tres años, padece un trastorno grave del sueño, y ha transformado su casa en una oficina en la que trabaja junto a cuatro empleados. "En algún momento, tendré una crisis nerviosa y terminaré en el hospital, o algo peor. Esto no es sostenible", declaró recientemente.

Evidentemente, el problema en sí no reside en trabajar en casa. Como ocurre tantas otras cosas, es al abuso lo que termina matándote. Seguramente quien se siente un par de horas frente al ordenador y escribe una o dos entradas en su blog, disfrutará de años de vida suficientes como para ver a sus nietos. Por el contrario, si se zambulle en el teclado 18 horas diarias, difícilmente llegue siquiera a tener hijos.

Arrington, por ejemplo, está en problemas. No por trabajar en casa, ya que de hecho, aunque él no lo diga, no es más su casa. A pesar de dormir y comer allí, es en realidad una oficina. De alguna manera, la inercia lo ha llevado a un lugar que tiene lo peor de ambos mundos: trabaja en una oficina, junto a sus empleados, todo el día.

Esto debería ser un llamado de atención para los que trabajamos de esa manera y para aquellos que quieren llegar a hacerlo. El teletrabajo es una excelente forma de producir ingresos desde el propio hogar, sin tener el jefe mirando sobre el hombro y sin límites en cuanto a los descansos o las charlas vía Skype. Pero si somos ambiciosos y cada mes queremos producir más que el anterior, veremos cómo esta fantástica modalidad de trabajo se convierte en una pasadilla.

Teletrabajo en

Wikipedia

Vía

New York Times

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Con respecto a este articulo me gustaria contar mi historia, Soy un analista de Sistemas que hace 4 años trabajo de forma free a traves del tele trabajo, por medio de tecnologias de asistencia remota he podido desarrollar mis tareas como si estuviese en la empresa debido a una discapacidad no puedo trasladarme con facilidad es por ello que el teletrabajo fue la alternativa mas ideal, desarrolle un sistema para una empresa de manufactura que controla todos los procesos de produccion aunq no me pagan buen sueldo, el teletrabajo me ha permitido tener mas clientes y dedicarme mas a mi familia y a otras actividades, creoq en mi pais aun no entienden bien el concepto del teletrabajador, pero si es verdad que algunas veces se trabajan muchas horas u horas en las que otros no estan laborando ojala se desarrollen politicas para mejorar o aprender a aceptar el teletrabajo.

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Como dicen en mi pueblo: "antes de que el gobierno te diga como tener tu proprio negocio, te pedirá que te memorices a quién votarás en caso de emegencia y que le prestes tu casa por un tiempo"...

Sé que no tiene que ver casi el gobierno en esto, pero el tema es parecido con los jefes...

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