De basura genérica a nueva oportunidad
Compró una lámpara que no respeta el estándar USB-C: Su solución fue hackearla

Previamente hemos explorado algunos de los ejemplos estafas que se venden en línea, pero las tiendas locales tampoco son inmunes. La diferencia es que suelen recibir diseños de dudosa calidad, o con el potencial de causar un daño permanente. Así llegamos al canal de The Stock Pot en YouTube, quien adquirió una lámpara en su Kmart regional. A simple vista, la lámpara parece aceptar una conexión USB-C, pero el fabricante decidió «reinterpretar» ese estándar…
Todos juntos, para no perder la costumbre: Los cables propietarios son una porquería. Si bien no podemos escapar por completo al uso de adaptadores, aún quedan fabricantes que insisten con la idea de conjurar sus propios estándares de conexión. ¿Cuántos dispositivos terminaron abandonados en un cajón porque el perdió su «cable oficial»? ¿Cuántas veces nos vimos obligados a navegar en un océano de pinouts para instalar conectores alternativos?
Pero en vez de responder a esas preguntas, hoy tengo algo peor: USB-C. El estándar ha sido documentado hasta el cansancio, y cada cosa que necesitamos saber sobre los puertos se encuentra a un par de clics de distancia. Aún así, muchos cráneos allá afuera creen que es más importante ahorrar centavos, y eso nos lleva al canal australiano The Stock Pot. Su responsable adquirió una «Lámpara Recargable Portátil» en el Kmart local, supuestamente compatible con cargadores USB-C…
El misterio de la lámpara con USB-C mutante
Ahora, digo «supuestamente», pero eso es lo que declara su caja: «Type-C Charging». The Stock Pot trató de usar el mismo cable con el que recarga su smartphone, y no sucedió nada. La lámpara trae su propio cable, e incluye una etiqueta de «advertencia» para no usarlo con ningún otro dispositivo. The Stock Pot lo conectó en la lámpara, y comenzó a recargar su batería sin problemas. Sorpresa: El fabricante eligió reinventar el estándar USB-C, en un producto que apenas supera los 10 dólares (17 dólares australianos). Si el dueño llega a perder su cable, la lámpara se vuelve e-waste… ¿o tal vez no?

¿Qué hizo The Stock Pot? Cualquier otra persona estaría en su derecho de pedir una devolución, pero redobló la apuesta y compró una segunda unidad para hackearlas por completo. Lo más sencillo hubiera sido corregir la «creatividad» del fabricante y normalizar la situación del USB-C, sin embargo, prefirió reemplazar la controladora de ambas lámparas con módulos ESP32 (que además gestionan la batería), y un MOSFET para la luz LED. Lámparas «Smart», con una buena dosis de open source.
Si alguien decide reproducir este proyecto, encontrará todos los detalles relevantes en la página de The Stock Pot, incluyendo el código ESPHome. Pero también sirve como advertencia: Ahora más que nunca, caveat emptor.
Sitio oficial: Haz clic aquí
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