¿Qué es lo que sucede exactamente…?
Analizando el final de Trading Places, el clásico de Eddie Murphy y Dan Aykroyd

Trading Places es una de esas películas que siempre aparece en cable o televisión abierta durante el año. Su estreno se remonta a 1983, y en muchos aspectos se la podría considerar obsoleta, pero no por eso deja de ser entretenida. Ahora, una fuente garantizada de confusión surge en la parte final, cuando negocian el valor del jugo de naranja. ¿Qué está pasando en ese lugar? Todo termina siendo muy cómico y exagerado, pero hay un proceso detrás de esa locura, y dos expertos nos ayudan a entenderlo…
La película tiene un final feliz: Winthorpe (Aykroyd) y Valentine (Murphy) se vuelven millonarios, también hacen ricos a sus amigos Ophelia (Jamie Lee Curtis) y Coleman (Denholm Elliott), y envían a la quiebra a los hermanos Duke, a cargo de Ralph Bellamy y Don Ameche. Pero el tercer acto es un poco más caótico de lo que imaginamos, y aunque escapa del laberinto a pura comedia, mucha gente aún se pregunta qué pasó con exactitud. En julio de 2013, el periodista Robert Smith de NPR entró en o con Tom Peronis, un especialista que dedicó años de su vida a las «opciones» de jugo de naranja, y gracias él, hoy tenemos una idea más sólida de aquellas escenas:
La maniobra final de Trading Places
El primer paso es plantar información incorrecta a los hermanos Duke. Millonarios sin escrúpulos como son, los hermanos sobornaron a un «experto en seguridad» para extraer un reporte gubernamental enfocado en la cosecha de naranja. Winthorpe y Valentine descubren el plan, y roban el reporte antes de que los Duke lo obtengan.
El reporte dice que la cosecha de naranja se mantendrá en buenos niveles. Cuando el mercado en general sepa esto, el precio del jugo de naranja congelado y concentrado caerá. Winthorpe y Valentine reemplazan el reporte original con uno modificado, indicando que la cosecha tuvo problemas. Los Duke reciben el reporte falso, y calculan que el precio subirá.
El segundo paso ya sucede en el «pozo» de la bolsa: Los Duke le ordenan a su trader que compre futuros de jugo de naranja, sin importar el precio. El mercado abre, los Duke empiezan a comprar como locos, todo el mundo ve esto, y la sensación es que los hermanos saben algo. Otros traders salen a comprar con desesperación, y los Duke no detienen su estrategia, hasta que…
… con media sonrisa en su rostro, Winthorpe grita «la» línea: ¡Vendo 30 abril a 142! Lo importante aquí es que muchas traducciones cometieron un error, presentando este contenido como «30 de abril». La descompresión de esa frase es que Winthorpe promete vender 30 contratos futuros en abril, a un precio de 1.42 dólares por libra de jugo de naranja concentrado… jugo que no tiene.
El analista de Wall Street Peter Ausnit indica en el vídeo más abajo que cada contrato equivale a 15.000 libras de jugo concentrado: 15.000 x 30 x 1.42 = 639 mil dólares… para comenzar. Una vez más, Winthorpe no tiene ese jugo, la venta es «short». Toda la escena se desarrolla en enero, poco después de año nuevo, y su promesa es entregar jugo de naranja en abril. Pero el resto del piso, siguiendo la maniobra de los Duke, cree que el jugo quedará por arriba de 1.42, y tratan de comprar todo lo que Winthorpe y Valentine están prometiendo.
El precio empieza a caer, los Duke se vuelven locos, y la actividad entra en pausa para escuchar al Secretario de Agricultura confirmando que el invierno no afectó la cosecha de naranjas. ¡Panic sell! Todos corren a vender, el precio del jugo de naranja cae muy por debajo de su apertura, y cuando toca 46 centavos por libra, Winthorpe y Valentine comienzan a comprar para cubrir sus obligaciones, pero ignoran a los Duke en el proceso.
El precio final es de 29 centavos. Winthorpe y Valentine dispararon sus compras cuando estaba en 0.46, pero al vender a 1.42, su ganancia mínima es de 96 centavos de dólar por libra. Ellos son ricos, y los Duke están arruinados. ¿Por qué? Más allá del desastroso resultado de su maniobra, los Duke reciben una frase: «Margin call». Eso significa que los hermanos operaron con margen, o sea, su codicia los llevó a tomar un préstamo, asegurado por el valor de sus bienes. Más que quebrados, fueron reducidos a polvo.
Para finalizar, lo que presenta Trading Places no puede pasar hoy. En primer orden, existen «fusibles» que interrumpen las operaciones si el cambio de precio en commodities es muy amplio. Además, hoy el trading se hace con ordenadores, y ya no hay gente sacrificando sus pulmones en el pozo. Pero lo más impresionante de todo es que esta forma de insider trading no era ilegal al momento de hacer la película. La prohibición de comerciar con información gubernamental «no pública» llegó en 2010, con la ley Dodd-Frank.
Fuente: NPR
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