Los medios de locomoción no sólo tienen que ser funcionales y prácticos, también pueden ser divertidos. AeYo cumple más con la segunda descripción que con la primera presentándose como un divertido híbrido entre bicicleta y patín
Lo “urbano” está pegando fuerte como etiqueta para darle a todas aquellas cosas que se refieren a lo que se da en la ciudad, como las distancias cortas, el arte y otras actividades. Dentro de esta moderna categoría, el transporte urbano personal cala fuerte y muestra simpáticos inventos para movernos de un lado a otro. Tenemos los coches, bicicletas y ciclomotores, pero el AeYo va más allá y es un ejemplo bien claro de lo que es la combinación de diferentes vehículos en un solo, con el agregado de la diversión y la extrañeza que puede resultar verlo transitar y, definitivamente, manejarlo.
El Aeyo se monta de pie, como si te parases sobre patines convencionales y apoyas los brazos sobre un manubrio como si fueras sentado en una bicicleta o scooter. Un sistema de piernas flexibles que se aferran a la base de la horquilla de la rueda delantera (que a la vez tiene una pequeña rueda sujeta a esta desde el piñón) te sujetan los patines. Tú tienes que darle la fuerza y el impulso patinando como lo harías regularmente, pero con menos amplitud entre las “patadas”. Difícil de describir como pocas cosas en mi vida, esta estrafalaria máquina inventada por alguien que odiaba a los redactores funciona muy fluidamente y permite tomar buena velocidad con una dirección balanceada. Obviamente, tienes la posibilidad de frenar desde el manubrio, aunque no tengo ni idea de cómo se sentiría eso.
El video sirve como para entender qué es lo que hace este extraño vehículo que puede ir a la velocidad a la que te den los pies y servirte como aparato de ejercicio, de diversión o incluso como utilitario, ya que vemos que se le puede poner un carrito para las compras o pequeñas, muy pequeñas, cargas. Disponible en varios colores y desarmable, el AeYO cumple considerablemente con los requisitos para ser un divertido híbrido entre bicicleta y patín. Ah, y cómo no olvidar el precio de tremendo resultado de la imaginación y tecnología humana: 449 euros o 631 dólares. Estem…
Qué absurdo, lo digo porque da la sensación que la llanta y manubrio salen sobrando.
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