
Adéntrate en un viaje inesperado por la historia de los ordenadores; descubre hitos revolucionarios, desde tubos de vacío hasta microchips multicore… ¡tu curiosidad te llevará a descubrir secretos que transformaron el mundo!
¿Cómo es posible que hoy puedas comprar un ordenador un millón de veces más potente que el que hizo posible el viaje a la Luna por menos de 100 o 200 euros? Te brindamos las claves para entender la evolución de los ordenadores, desde los primeros modelos electromecánicos hasta los chips multicore de la actualidad. Haremos un recorrido por los hitos más importante de esta apasionante historia, contándote todo lo que debes saber para entender la evolución de lo que para muchos es el artefacto más útil inventado por el hombre.
Al igual que ocurre con los seres vivos, nuestras creaciones -sobre todo aquellas que como el automóvil o los ordenadores son de uso masivo y poseen una larga historia de desarrollo sobre sus espaldas- “evolucionan”. Justamente, son los ordenadores los artefactos que más han evolucionado desde su concepción. No existe otra herramienta u artefacto creado por el hombre que haya avanzado más rápido o mejorado sus características en mayor medida que ésta. Hoy comenzamos una serie de artículos destinados a recorrer los hitos más importante de la historia del ordenador. ¿Comenzamos?

Primera Generación (1951-1958)
El nacimiento de la informática moderna tuvo lugar en la década de 1940. En esos años se comenzaron a utilizar las primeras máquinas capaces de resolver problemas gracias a un “programa” -una serie de instrucciones o pasos codificados de forma que guiasen el funcionamiento del artefacto- en varios países del mundo. No hay que olvidar que el planeta estaba en guerra, y en épocas de grandes conflictos bélicos el interés por cualquier elemento que pueda otorgar alguna ventaja frente al enemigo siempre aumenta, no importa de qué gobierno se trate. Estos primeros ordenadores utilizaban tubos de vacío -las famosas “lamparas” - para procesar información, tarjetas y cintas perforadas para almacenar datos y programas, cilindros magnéticos -los abuelos de los discos duros actuales- como sistemas de almacenamiento “rápido”, y consumían la misma cantidad de electricidad que una ciudad pequeña. Esto se debía a que las válvulas de vacío solo podían hacer su magia a partir de filamentos similares a los de las bombillos incandescentes, lo que necesitaba de una gran cantidad de energía, gran parte de la cual era desperdiciada en forma de calor.

Uno de los ordenadores más emblemáticos de esta generación fue el ENIAC (Electronic Numerical integrator and Computer), una máquina que comenzó a ser desarrollada el 9 de abril de 1943. Las “tripas” del ENIAC contenían unos 70 mil resistores, 7 mil quinientos interruptores y más de 17 mil tubos de vacío (de 16 tipos distintos), todo funcionando a una frecuencia de reloj de 100.000 Hz (0.1 Mhz). Semejante cantidad de componentes ocupaban unos 1600 metros cuadrados y pesaban 30 mil kilogramos. Consumía 100 mil Watts de electricidad (lo mismo que unos 50 hogares promedio) y requería de un enorme equipo de aire acondicionado funcionando todo el tiempo para que el ordenador no se derritiese. Su capacidad era, para la época, enorme: poseía 20 registros de 10 dígitos, y era capaz de sumar, restar, multiplicar y dividir. Al igual que otros ordenadores de su generación, utilizaba tarjetas perforadas para la entrada y la salida de datos.

Para tener una idea de la importancia que tenía para la “industria militar” un ordenador como este, sirve el siguiente ejemplo: en febrero de 1946 ENIAC fue capaz de resolver en 2 horas un problema relacionado con la física nuclear que hubiese requerido a una persona 100 años de trabajo continuo para hallar la misma solución. Obviamente, disponer de ordenadores permitía encarar problemas que, pese a poder plantearse, eran prácticamente irresolubles. Algunos sostienen que un curioso accidente en esta generación dio lugar al término “bug” para denominar los fallos de un ordenador. La leyenda cuenta que los diseñadores de la segunda versión del ordenador Mark documentaron un mal funcionamiento debido a la intrusión de una polilla en el sistema, cuyo desdichado cuerpo hizo de “puente” entre señales, provocando que el ordenador se detuviese hasta ser retirado. Pero lo cierto es que ese término ya se utilizaba desde al menos 1889 para referirse a los fallos de los aparatos mecánicos y eléctricos.

Esta generación de ordenadores se extendió hasta bien avanzada la década de 1950. La gente común no tenía demasiada idea de lo que estas máquinas podían hacer (incluso ignoraban su existencia), y quienes las diseñaban subestimaban su utilidad. En esos años se creía que unos veinte ordenadores bastarían para proveer a los Estados Unidos del poder de cálculo necesario para procesar todos los datos del país. El ordenador más vendido de esa época fue el IBM 650. Este equipo se anunció en 1953, y entre 1954 y 1962 se fabricaron unas 2000 unidades. IBM proporcionó servicio técnico para el “650” hasta 1969. Comparado con los estándares actuales, el “poder” del IBM 650 era ridículo. Su memoria, por ejemplo, estaba formada por anillos de ferrita que podían magnetizarse mediante alambres, con una capacidad total de 60 palabras de 10 dígitos cada una. Esta memoria, comparada con los tambores magnéticos o las tarjetas perforadas, era extremadamente rápida, ya que tenía un tiempo de de unos 96 µs. El IBM 650 pesaba casi mil kilogramos, y su fuente de alimentación -enorme- agregaba 1,350 kilogramos más. Costaba 500.000 dólares, y las grandes empresas podían alquilarlo por “sólo” 3.500 dólares al mes.

El talón de Aquiles de esta generación era, sin dudas, la poca velocidad y el alto consumo de las válvulas termoiónicas que las hacían posibles. Pero gracias (y a pesar) de ellas, la informática moderna se convirtió en algo útil. La invención del transistor por tres científicos de los Laboratorios Bell (John Bardeen, Walter Ho Brattain y William Bradford Shockley) en 1947 -popularizado a mediados de la década de 1950- dio paso a la Segunda Generación de ordenadores, pero esa es otra historia y te la contaremos mañana. Mientras tanto, te esperamos en el foro para conocer tu opinión sobre estos verdaderos “dinosaurios informáticos”.
¿Cómo hablar de Eniac sin mencionar a Univac?
Que no habían ya puesto este tema anteriormente...
Después de leer este artículo (fantástico, por cierto), ¿se puede decir que las guerras, la IIGM, en concreto, dio más beneficios que pérdidas?
Por que por más que me quieran decir lo contrario, no creo que haya nadie en el mundo con dos dedos de frente como para gastarse un pastizal en una maquina de 1500 m2 que solo puede sumar, restar y dividir... (en una sociedad sin guerras y sin, evidentemente, ordenadores)
"100.000 Hz (0.1 Mhz)"
¿No habría sido más fácil escribir 100KHz?
Me hacen recordar mis primeros estudios cuando era obligatorio aprenderse las 5 generaciones de computadoras, hoy apenas se que estas existieron.
Buen tema.
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